Mi hijo ya no come

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La alimentación es un aspecto fundamental en el desarrollo de l@s niñ@s, pero a veces nos encontramos con niñ@s que son especialmente selectivos con su comida, a quienes solemos llamar “niños selectivos” o «picky eaters«. Estos pequeñ@s pueden representar un gran desafío para las familias y más cuando no tenemos las herramientas para abordar este comportamiento de forma adecuada. En la mayoría de los casos, aunque de buena fe y con la mejor intención al preocuparnos por su salud, tomamos acción inadecuada y terminamos incrementando la selectividad y fortaleciendo el comportamiento.. En este blog, exploraremos cómo reconocer a un niño «picky eater» y te compartiré consejos importantes y con evidencia para abordar la selectividad alimentaria en casa.

¿Qué un niño selectivo o picky eater y cómo saber reconocerlo?

«Picky eater» es un término que se utiliza para describir a los niños que muestran una fuerte preferencia por ciertos alimentos y rechazan otros de manera constante.

Las investigaciones han evidenciado que 1 de cada 5 niños tiene problemas para comer en algún momento antes de los 7 años de edad. Desafortunadamente, solo cerca del 50% superará estos problemas de alimentación con el tiempo y sin ayuda. Es una situación común y es normal escuchar familias donde sus hij@s comían normalmente casi todos los alimentos ofrecidos y entre los 18 y los 23 meses empiezan a rechazar algunos sin razón aparente.

Algunas características comunes en los picky eaters son…

  • Llora o se incomoda cuando hay comida nueva en su plato.
  • Prefiere comidas de marcas específicas, o prefiere comidas preparadas de formas muy específicas.
  • Se atraganta frecuentemente, hace arcadas durante las comidas.
  • Le cuesta comer fuera de casa o en espacios diferentes al habitual.
  • Es sensible a la textura, color u olor de los alimentos.
  • Rechaza algún alimento o preparación que antes disfrutaba.
  • Rechaza comer comidas duras al masticar; como carne o vegetales crudos.
  • Se niega a probar nuevos alimentos o categorías de alimentos.
  • Puede tener rituales específicos al comer, como separar los alimentos en el plato o comer alimentos en un orden particular.

Aunque tener en nuestro hogar niñ@s selectivos, quisquillosos o picky eaters puede resultar desgastante, sin duda, debemos conocer y evaluar las características particulares del niñ@ para poder enfocarnos en acciones efectivas que den tranquilidad a las familias y que permitan superar esta etapa de rechazo y selectividad con los alimentos.

¿Por qué hay niños picky y otros no?

La selectividad o rechazo a ciertos alimentos se presenta cuando alguno de los sentidos se encuentra desintegrado a la hora de probar y/o disfrutarlo; para algunos es transitorio, mientras que para otros puede llegar a afectar su calidad de vida y la de su familia.

Claves y consejos para superar la selectividad

La clasificación de la selectividad se realiza con base en la cantidad de alimentos que los niños reciben. Los niños con selectividad leve disfrutan sin problemas relevantes de hasta 30 alimentos diferentes. A menudo, estos niños crecen adecuadamente, aunque la familia debe hacer un gran esfuerzo para asegurarse de que su hijo coma regularmente. Por otra parte, los niños con selectividad grave reciben menos de 15 alimentos diferentes; a menudo tienen dificultades para comer desde el momento en que inician la Alimentación Complementaria. Sin duda, en este caso, siempre es necesario buscar ayuda con un equipo multidisciplinario (pediatra, nutricionista y fisioterapia).

 A continuación, te menciono algunas estrategias que pueden ayudarte:

  • Determinar los objetivos de la familia (aumentar la cantidad o la variedad de alimentos recibida o reducir el tiempo en ingerir sus alimentos en cada tiempo de comida)
  • Fomentar la buena relación con los alimentos: hablar de los beneficios de los alimentos, mientras comen contar historias sobre las vitaminas, los minerales o para qué sirven las proteínas.
  • Evitar la asociación negativa con los alimentos: no promover los premios después de comer los alimentos que rechaza.  Es una estrategia que funciona inicialmente pero, genera un concepto erróneo de “comida buena” y “comida mala”.
  • No usar distracciones como las pantallas: esto produce una desconexión neurosensorial; ya que el niño, aunque come, no es consciente del proceso de alimentación; así que, cuando no tenga esta distracción, aparecerá el rechazo de nuevo.
  • Vincular a los niños en los procesos habituales con los alimentos: la compra, preparación y almacenamiento; de modo que ellos se acerquen de diferentes formas y puedan modificar estos rechazos generados.
  • Ofrecer opciones saludables: no caer en la trampa de ofrecer dulces o golosinas para que coma algo. Proporcionar una variedad de alimentos saludables y equilibrados en casa, asegurándose de incluir opciones que le gustan al niño, pero también introduce gradualmente nuevos alimentos.
  • Ser ejemplo, los niños aprenden observando a los adultos. Mostrar entusiasmo por probar nuevos alimentos y disfrutar de una dieta equilibrada. Tratar de incluir cada semana algún alimento poco usual en la dieta familiar.
  • Evitar las luchas de poder: no convertir las comidas en una batalla. Si el niño no quiere comer un alimento en particular, no forzarlo. En su lugar, ofrece alternativas saludables.
  • Ser consistente, mantener un horario regular de comidas y meriendas para evitar que el niño tenga hambre entre comidas.
  • Ser paciente, comprendiendo que cambiar los hábitos alimentarios lleva tiempo. No desanimarse si los resultados no son inmediatos.

Para conocer más actividades maravillosas para enfrentar esta situación, revisa mi artículo “Niños selectivos o picky eaters” (https://pediatranatalialban.com/ninos-selectivos-o-picky-eaters/)

¿Cuándo preocuparse?

Como vimos anteriormente, es normal que los niños pasen por fases de selectividad alimentaria en algún momento durante su desarrollo. Sin embargo, es importante prestar atención a ciertos factores que muestran la necesidad de una consulta con un profesional de la salud:

  • Pérdida de peso o falta de crecimiento: si el niño no está creciendo adecuadamente o ha perdido peso debido a su selectividad alimentaria, es una señal de alarma.
  • Ritmo de crecimiento lento: si el niño está creciendo, pero a un ritmo más lento de lo esperado, es importante investigar si su alimentación es un factor.
  • Problemas de salud: si el niño experimenta problemas de salud relacionados con su dieta, como deficiencias nutricionales, problemas gastrointestinales o debilidad, es necesario consultar a un profesional.
  • Afectación de la calidad de vida: tanto para el niñ@ como para su familia, la hora de comer y aún más, cuando se debe comer fuera de casa se ha convertido en un momento desagradable y difícil de manejar.

En resumen, la selectividad alimentaria en los niños es común, pero puede ser manejada de manera efectiva en casa. La clave es mantener un enfoque equilibrado y buscar ayuda profesional cuando sea necesario para garantizar que el niño reciba la nutrición adecuada para su crecimiento y desarrollo saludables; la clave de este proceso, sin importar el grado de selectividad que presente tu hij@, aunque jamás será mágica e inmediata, es la perseverancia, la paciencia y el amor con el que acompañemos a nuestr@s hij@s a transitar estos momentos.

Si quieres ampliar la información, actividades y recomendaciones sobre este tema, te invito a ver
Estos 2 videos en mi canal de YouTube

Mi hijo no come (https://www.youtube.com/watch?v=J8iAktGL1v4&t=14s)

Por qué con la comida SÍ se juega (https://www.youtube.com/watch?v=dvHWF8ve5Os)

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