Prevención: Introducción de alérgenos
En esta segunda parte abordaremos la prevención como elemento para hacer frente a las alergias alimentarias desde nuestro hogar. Entender cómo con nuestros niños, con la introducción temprana de los alérgenos en la alimentación complementaria, comienzan a ganar esta batalla desde sus primeros meses. En la primera parte respondimos las preguntas más frecuentes acerca de las generalidades de las alergias alimentarias.
La actualización sobre la prevención de alergias es constante, diversas organizaciones y asociaciones se han pronunciado sobre los últimos estudios y han entregado su posición frente a varios aspectos relevantes en la introducción de los alérgenos en la dieta de nuestros niños.
Las 4 “C” sobre la introducción de alérgenos
Entendemos entonces que la principal herramienta que tenemos como familia para la prevención de las alergias alimentarias es la introducción a tiempo y de forma adecuada de los alérgenos en la alimentación de nuestros niños.
1. ¿Cuándo?
- Las diferentes organizaciones coinciden en la importancia de iniciar la introducción de alérgenos a partir de los 4 meses de edad.
2. ¿Cuáles?
Maní//Huevo//leche
- Aunque se deben ir introduciendo todos los alérgenos de forma gradual; el maní es el alérgeno que muestra un mayor impacto positivo en la prevención del desarrollo de alergias tras un inicio temprano a la exposición. Seguido del huevo, que permitió comprobar, a diferencia de lo que se pensaba hace algunos años, que su retraso en la ingesta de los bebés aumenta la incidencia de alergias alimenticias. En tercer lugar, están los lácteos. Por último, para los demás alérgenos no se documentó un orden en la prioridad de introducción y se puede elegir el momento de introducción de cada uno de acuerdo a las facilidades de cada familia.
3. ¿Cómo?
Uno por uno
- Se debe realizar la introducción de alérgenos cada uno por separado, de modo que se permita observar la reacción del bebé a este alimento; teniendo en cuenta que, aunque las reacciones alérgicas suceden frecuentemente de forma inmediata a la ingesta del alimento, algunas otras pueden presentarse incluso días después.
Aumento de dosis
- Empezar con pequeñas cantidades e ir paulatinamente aumentando la porción ha mostrado una mayor seguridad y eficiencia.
3. ¿Cada cuánto?
Regularmente
- Una sola vez no es suficiente; debemos tener en cuenta que estas exposiciones buscan “educar” el sistema inmunitario, crear tolerancia a la respuesta que se genera por el alérgeno. Por lo tanto, como en cada aprendizaje, el sistema inmune necesita repetición. En la práctica y según los estudios, se recomiendan entre 2 y 7 veces a la semana por un tiempo entre 3 a 6 semanas.
Actualizarse alrededor de estos temas es relevante, teniendo en cuenta que cada día las alergias alimenticias aumentan su incidencia y que, además, los estudios llegan a sustituir por completo recomendaciones anteriores. Los padres que tienen niños mayores recordarán que hace algunos años se hablaba de una introducción totalmente diferente, donde se recomendaba retrasar la exposición e, incluso, se hablaba de hacer exposiciones muy ocasionales.
-Usamos como referencia la información consolidada por: www.preventallergies.org
